Así es como más nos gusta preparar el salmón en mi casa: con la piel bien doradita y el sabor de la mantequilla con el limón. Es una preparación muy fácil de hacer y siempre queda deliciosa.
Para seis filetes de salmón:
Mantequilla
1 barra de mantequilla
Ralladura de medio limón amarillo
Sal y pimienta
Una cucharadita de vinagre balsámico
6 dientes de ajo picaditos
Romero y tomillo fresco
1 cucharada de jugo de limón amarillo
Salsa Tártara
1 taza de mayonesa
3 cucharadas de pepinillos
1 cucharada de alcaparras
1 cucharada de cebollín
1 diente ajo
1 cuch dijon
Paprika y dill
1 cucharada de perejil
1 cucharada de jugo limón
Sal y pimienta
Chorrito de salsa inglesa
1 cucharada de relish
Trata de que el sartén este bien caliente y pon un poco de aceite, pon los filetes primero con la piel hacia abajo, el tiempo de cocción depende de qué tan cocido te guste pero yo lo pongo unos 5 minutos de cada lado. Cuando lo volteo le pongo la mantequilla preparada, y cuando la piel esta crocante ya está listo para servir. Esta vez lo acompañamos con unos espárragos que puedes saltear en el mismo sartén una vez que saques el salmón. Sirve con la salsa tártara.
Para maridar este salmón, nuestro amigo Carlos Velázquez nos escribe:
La pinot grigio es una uva que da origen a vinos de cuerpo medio-alto, con buena presencia y que recuerda sabores como semillas secas, peras, manzanas verdes, cítricos y algo de especias.
Un exquisito salmón como el que preparó Yudit, debería ser maridado con un vino que tenga personalidad; pues un blanco delicado o dulzón sería borrado por el sabor fuerte del pescado y más si tiene pepinillos, alcaparras y mostaza de Dijon.
Un tinto de cuerpo medio también haría un buen papel, aunque un pinotgrigio del norte de Italia nos abre la oportunidad de descubrir una cepa que evolucionó del pinot noir francés y que se volvió tan popular en ese país con forma de bota.